A los 18 años quedé embarazada de un chico de mi misma edad que al enterarse desapareció. Y mi vida pasó a tener una responsabilidad grande sobre mis hombros. sabía que toda la diversión
En el año 2002 por insistencia de mis hermanos comencé a concurrir a la iglesia, acepté a Jesús y luego de altibajos mi vida empezaba a organizarse, pude terminar la secundaria, perdonar en mi corazón a mis padres por todo lo que pasé en sus ausencias y al padre de mi hija por su abandono. Eso trajo paz en mi ser y gozo porque ya no soy más esclava de ese odio que tanto me dañaba.
Poco a poco luego de un tiempo de esta nueva vida me aparté de la guía de Dios nuevamente por un tiempo, pero la misericordia y el amor de DIos me sacaron de un camino que me llevaba a la muerte.
Hoy puedo decir que Dios tenía reservado lo mejor para mí, ya que hace 3 años y medio que estoy casada con un hombre que conoció a Jesús a través mío, adoptó a mi hija Mailén de 8 años como su hija y tenemos una beba llamada Sol de 1 año y medio. Nuestra familia es hermosa. Mi esposo es un hombre al que admiro por su fe en el Señor, mis hijas son preciosas y Dios es mi Padre, mi amigo y mi todo. No quiero que mi familia y yo caminemos sin Él. Quiero terminar de contar mi historia de vida mencionando algo que dice la Biblia y que he comprobado: "Mejor es un día en sus atrios que mil fuera de ellos".
Claudia Levio