DE LA DEPRESIÓN A LA PAZ

Yo soy Josefa Arabia Granada Abarzuza, para la generalidad Mary. Vine a este poblado en los años '70, cuando contraje matrimonio con mi esposo. Tengo una familia compuesta de seis hijos.

Quisiera poder expresarme lo más claro posible para que mi testimonio sea útil para todos los que encuentren una similitud con lo que les digo. Me casé como todas las personas con la mayor ilusión de formar una familia en la cual todos seamos felices Pero he aquí el misterio es conseguirlo a través del tiempo y los problemas que nos afrentan todos los días.

Así de a poco se me fueron desmoronando los sueños y me fui apagando. Yo en un principio quería conseguir cosas económicas que cuando ya se obtuvieron te das cuenta que vas por más y esa sed no tiene fin sin ser lo que te llena el corazón. Así también el matrimonio se llena de discusiones vanas y terribles que terminan por socavar nuestra felicidad sin encontrar un punto de unión. Para poder solucionarlo buscamos la ayuda de profesionales en los cuales tampoco encontramos la solución. Recorrimos varios de ellos que si bien nos querían ayudar, cada vez estábamos peor.

Luego me embarqué en una depresión terrible que sólo pensaba en morir. Me llenaba de me dicación y cada día que pasaba tenía más angustia y menos paz. Pasaba las noches despierta y llorando amargamente. Después empecé a pedirle socorro a Dios, así como se los digo, que me socorriera, que ya no podía más. Tenía ganas de tirarme del puente.

Un día encontré al pastor de la iglesia, Gustavo, en la estación vieja de ómnibus y me habló de Jesús. Comencé a ir a la iglesia donde recibí a Jesús y comenzaron mis primeros pasos. Ya Jesús me estaba tirando el lazo como a esos terneros que se meten en el lodo y no pueden salir así me fué sacando y encontré la paz, la felicidad y la estabilidad emocional que tanto me hacía falta, qe no encontré en nada, que sólo Dios me pudo dar. Y pude disfrutar de lo que tenía sobre todo la familia que Dios me regaló. Doy gracias a Dios todos los días de que llegó a mi vida, de heberle conocido de tenerlo en mi corazón cuando me acuesto y me levanto. Él es mi Rey y el Rey de los míos, es el que me levanta y me da fuerza y dirección, no hay maravilla más grande.

Jesús no te juzga, sólo te perdona.
Jesús te ayuda, te extiende su mano.
Jesús no te deja, siempre te acompaña.
Jesús es tu amigo y mucho te ama.

Solamente tenes que recibirlo en tu corazón y si queres experimentar lo mismo que yo comienza a buscarlo y verás...

No son sólo palabras, son ejemplo de vida que podés comprobarlos, que Dios te re bendiga y te llene de gracia,


Mary